HITOS
Basquet
“Gocé con esa barra de amigos, el tiempo ya pasó pero…”,
la voz de Andrés Maillo busca sacarle las capas del olvido a tantos compañeros de Brandsen. "Martinelli medía casi 2 metros, al lado de El Flaco parecíamos todos enanos”, esboza una sonrisa Francisco Dellanque, hoy vecino de la Plaza Brandsen, ya más de noventa abriles.
Vayamos al crudo relato de la historia escrita. La Asociación Platense de Básquet se fundó en la década del 40. La década del 50 nos encuentra compitiendo con los grandes. En 1953 la gloria fue de Estrella de Berisso (campeón por primera y única vez) y después Estudiantes de La Plata tuvo la triple corona en 1ª, años 1954, 1955 y 1956. En esos momentos, precisamente, se gestó el gran equipo del “Coronel”. Locales en nuestro propio gimnasio descubierto y con piso de cemento. El deporte era furor desde que en 1950 se jugó el primer Mundial en la Argentina. “Fui a la final en el Luna Park, ¡14 puntos Del Vecchio contra EEUU!”, acota “Paco” Dellanque en su casa de calle 61 entre 25 y 26.
Una noticia aparecida en un diario de 1955 empieza a delinear la próxima campaña con matices realmente históricos. “Siete jugadores de Atenas jugarán en Brandsen”. Causó sensación en el ambiente basquetbolístico de la ciudad.
Ellos eran Néstor Postiglioni, Carlos Dellanque, Néstor Cangaro, los hermanos Sharry y otros dos hermanos paraguayos, Damián y Olegario Pita. “Casi todos integraron el equipo superior en numerosas oportunidades”, informa el periódico.
Todos estos elementos venían integrando equipos campeones desde la categoría infantil, cadetes y Cuarta, campeones en 1950. ¡Se conocían de memoria!
La circunstancia que los llevó a “mudarse de barrio” fue que a Atenas llegaron tres jugadores Pincharratas. Por eso, disconformes, se van a Brandsen.
El primer año que juegan en nuestra Casa lograron el título de Segunda. Según el historiador Raúl Juambelz, consultado por esta página web. “La final que Brandsen le gana a otro club del barrio, Platense, trajo aparejada un hecho sin precedentes. Porque Platense, a pesar de estar Segunda de Ascenso, tenía un equipazo y en el ’54 ya estaba para subir pero perdió con Banco Provincia. En el ’55 pedía revancha y le apareció Brandsen. Por esta razón el Consejo Directivo de la APB decidió que Platense ascienda igual, porque perdió con dos equipos reforzados, inédito, y no se volvió a repetir”.
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Los vecinos de nuestro barrio se entusiasmaron cada vez más con los partidos de básquet, siguiéndolos con fervor y entusiasmo.
El público femenino se hacía presente, y entre prácticas, partidos y bailes, tres de aquellos jugadores se terminaron casando con jóvenes
Parados: “El Flaco” Martinelli, Mánuel, Carlos Sharry, “Paco” Dellanque, Ural Amor Pérez, Raimondi (DT), (Delegado)
Abajo: “Chiche” Rinaldi, “Chiquito” Postiglioni, “El Negro” Distéfano, Sagastibelza y Olegario Pita
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criadas en la zona, como los casos de cuatro de los ex Atenas, Carlos Sharry, Cangaro y “Chiquito” Postiglioni y “Paco” Dellanque.
Siguieron otras historias, que con el tiempo iremos desarrollando. Como la Copa “Rovella”, en honor a un ex presidente. El clásico con Universal. Un amistoso contra Los Mormones de los Estados Unidos. Aquel hombre orquesta, Omar Ramos, jugador y entrenador. Y “Pichín” Forte, que mientras defendía la camiseta tenía a sus padres asomados a un paredón de los fondos de la Sede, ya que el patio de los Forte daba precisamente a la cancha de básquet de Brandsen.
Hacia fines del ’64 un problema financiero en el Club llevó a tratar la continuidad de este deporte. Entre los interesados en el salvataje estaban Pedro Mangieri, un maestro mayor de obras que construyó la Escuela Primera 8, y Julio “Tucho” Varallo, hermano del ex jugador profesional de Gimnasia, Boca y el Seleccionado. Tanto Mangieri como Varallo eran hijos de fundadores de Brandsen. “Con sumo agrado se apoyará a este deporte, pero debe reorganizarse y armar la subcomisión”, se lee en el acta 739 del 26 de octubre de 1964, firmada por el presidente Alberto “Tito” Manzi. A partir de entonces, tenían que recaudar para no afectar el presupuesto de la CD.
Sin embargo, los próximos torneos de la Asociación Platense de Basquet (APB) solo tuvieron la inscripción de equipos de 4ª, 3ª y Juveniles. En 1967 llegó la desafiliación.
La cancha continuó y en intentos por reimplantar el básquet oficialmente, finalmente sucedió en 1977 se continuó con clases de aprendizaje, recreativas, a cargo del profesor Oscar Rodríguez y de un recordado vecino de la misma manzana del club, Antonio “Piparra” Fernández.
Jardín de infantes
Una idea maravillosa que se plasmó cincuenta años al servicio de la comunidad. Desde aquel día de 1947, cuando el acto inaugural se vivió en plena Plaza Brandsen, con niños y niñas que de 3 a 5 años. La indumentaria fue el guardapolvo blanco, con moñito o corbatín. Más tarde, se adoptó el uniforme gris con moño azul a lunares blancos para los varones, y el mismo uniforme pero con moño rojo y lunares blancos para las mujeres.
El dirigente y socio Antonio De Luca fue el impulsor número uno, y casi treinta años más tarde don Norberto Sánchez logró la mayor ampliación edilicia y el reconocimiento del Ministerio de Educación.
Las clases fueron por la tarde, de 14 a 16.30 horas. Allí trabajaron señoritas, Carmen Amaya de Pifarre, Marta Staiano, Mirta Paini, y la señora de Saborido en preceptoría y la señora de Pieroni como ayudanta en distintos roles. Siempre se sirvió la merienda, se celebró con inventiva cada fecha Patria utilizándose el escenario del salón de fiestas. Se organizaban paseos para la Primavera, y “El Expreso Ensenada” (empresa de micros, la Línea 12, con su sede a pocos metros de la Plaza Brandsen) cedía el transporte en forma gratuita, colaborando con la gran obra del barrio. Se recuerdan felices momentos en grupo en el Paseo del Bosque (1969) y Estancia Chica (1970).
Carmencita recordó recientemente el día que le ofreció el trabajo el presidente Antonio Fernández. “El tenía referencias mías y yo recién me había recibido de maestra en 1954, ya en 1955 me animé y seguimos dando a conocer el Jardín. Por entonces yo vivía en 60 y 29 y caminaba hacia el Club y en la calle los padres me iban dejando sin preocupación a sus hijos”.
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En cuanto al espacio físico, primero funcionó en una sala sin separación. Luego, se acondicionaron los vestuarios de básquet (donde actualmente está el natatorio) y se habilitó un aula construida de madera y locales sanitarios exclusivos para los niños. Más tarde, llegaron a haber tres salas, incluyendo la correspondiente a Dirección que se hizo en 1982. Teníamos un parque de recreación con juegos adecuados, tobogán, subibaja y hamacas. La ternura de cada niño perduró en el tiempo. “Era la primera vez que había un Jardín antes del paso a la Escuela Primaria”, asegura Ricardo Dipierro, un ex alumno y vecino memorioso, quien reconoce su enamoramiento por la señorita Carmen y la costumbre de las galletitas Manon.
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El 9 de marzo de 1964, con la AC Brandsen estrenando el 22 Aniversario, se le dio la bienvenida a la temporada del Jardín con sus 34 alumnos inscriptos. Todo costaba tiempo y dinero, ya que el mantenimiento y los sueldos se solventaba con la cuota de los socios. En algunas actas se aprecia la recaudación que dejó “un torneo de mus” en beneficio del Jardín. El directivo De Luca había donado en el ’64 una pequeña calesita y agasajó al personal docente con ramos de flores. Al fallecer De Luca en febrero de 1972, por ser mentor y constante colaborador de la institución, la CD le puso su nombre a una de las aulas.
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En julio de 1972 comenzará una renovación en la dirigencia con la asunción de “Coco” Sánchez, quien acompañado por otra figura recordada de la masa societaria, Edgardo Emir Di Cola, “Chiche”, se consiguieron avales que dieron del Estado y el Jardín contó con la subvención en los sueldos de preceptora, dos maestras jardineras y la directora en un 80%. Pasó a llamarse “Pinocho” (DENO 1248) y asumió Lidia Perri. Desde aquel momento los pequeños iban vestidos para la sala rosa y la celeste, a tono con el escudo del club. Nos cuenta Lidia en una nota especial que “este Jardín que funcionó en Brandsen me dio los mejores años de mi vida, y es hoy que cuando me encuentro a alguno que ya supera los cincuenta, me dice que guarda también los mejores momentos de la vida. Hoy no me saqué el rótulo de docente. Recuerdo la instancia con que Coco Sánchez trabajó para que sea oficial, del Estado, sin depender de la curia ni de ninguna iglesia”.
“Este Jardín por el cual han pasado muchos de los que militan en los cuadros directivos”, se escribió en un Libro de actas institucional. Entre ellos, se destaca el paso de Germán Sánchez, presidente de AC Brandsen en varios períodos, que apuntó con afecto. “Tengo el recuerdo de mi paso por el Jardín Pinocho, de la señorita Lidia y de estar representando en el escenario”.
La obra estuvo hasta 1999, cuando por motivos financieros “Pinocho” dejó de funcionar en nuestras instalaciones.
Jardín Pinocho
Los años 70 trajo a nuevas camadas de alumnos y el apoyo de la Provincia