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Mayores

Jugar en Primera, el sueño que en la Liga Amateur ha sido el encalle de aventureros con una bandera hermosa, la del Coronel Brandsen

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Cómo nació

Dos etapas, dos prólogos en nuestra vida de relación con la pelota. 

Fines de la década del setenta con el debut que trajo un rápido ascenso al ganar un Torneo de Primera “C”. Jugamos en la “B” durante 1977 y 1978. Fue un grupo impulsado por la pasión de unos amigos que recibieron el orden y la organización de Raúl Moviglia, el primer DT de Brandsen. Este fue un buen delantero de Gimnasia en el primer título que logró en AFA con la Tercera (campeones 1950). Fue quien pidió condiciones a la Comisión reunida en 60 entre 23 y 24 y para convencerlos de entrar a la Liga Amateur tuvo “una carta de presentación” que no dejaba dudas, su hermano mayor, el doctor Oscar Moviglia, director del Hospital de Niños Sor María Ludovica, que fue uno de los que estaba apoyando a aquel primer equipo.


El presidente que se abrió al fútbol fue Walter Rementería, quien quedó encargado de la subcomisión de fútbol. Corría junio del ‘76, y a los tres meses se trató en reunión la compra del terreno lindero, que pasaría a utilizarse como canchita de fútbol 5. El país venía a los tumbos, ya que el 24 de marzo se produjo el golpe de Estado que derrocó al gobierno de Isabel Perón y la Argentina estaba en manos de una junta militar con el general Jorge Rafael Videla, iniciándose una de las etapas más oscuras y con las calles vueltas un infierno, guerrillas, amenazas, advertencias y asesinatos. En ese contexto arrancó el más popular de los deportes en AC Brandsen, aunque en 1979, acuciado por la crisis económica, se abandonó la participación en la Liga.

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La etapa II despega en 1985, con otro grupo de amigos que golpeó la puerta y pidió permiso. El alma mater de la “refundación futbolística” se llamaba Horacio Ortíz, de quien se pensaba que era chileno, aunque solo se trataba de un sobrenombre relacionado más a su pareja.

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Las camisetas eran de un tono naranja tirando a una gama de rojo y tenían mangas largas en blanco, de la tela de piqué, adquiridas por el DT en “Mundial Deportes”, casa hornense ya desaparecida (el primer sponsor que se recuerde). La localía fue la más deseada, el Parque San Martín, a siete cuadras de nuestra Sede. El plantel tenía un promedio de edad de 25 años y muchos habían quedado libre de las inferiores de Estudiantes y Gimnasia. Con ellos, y otros que venían jugando en torneos comerciales con el nombre de Café Francés, llegó el título ese primer año. Desde entonces, y hasta el día de hoy, somos el único club que jamás descendió entre los que componen hoy la Liga.

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Mientras nos acomodamos a la categoría superior (debutamos en 1986 con un décimo puesto, entre dieciséis equipos, a 12 puntos del campeón Villa Montoro), la infraestructura era la meta de la nueva Comisión que presidió a partir de julio de 1984 don Carlos Saenz. Se entrenaba en plazas y parques, y solo se tenía un rincón dentro de la Sede, aquel lote que se tramitó en 1976.

La Liga organizó un torneo para juveniles, sub 18, y muchos salieron a armar sus planteles ante la obligatoriedad que tuvo en 1987. Brandsen se armó con chicos que habían jugado para el Club en los torneos de LIFIPA y, vaya curiosidad, también fue el primero en ganarlo. La Cuarta división era dirigida por Alejandro Nicoletti. De ese equipo iban a surgir en poco tiempo algunos jugadores que alcanzaron a jugar mucho tiempo en Primera, Guillermo Rodríguez (3), Roberto “El Tata” Bazán (6), ambos con sentido de pertenencia desde el fútbol infantil, más Osvaldo “Pipo” Raingo (5), criad en CF Los Hornos.


Casi sin hinchada, pasamos una década completa siendo locales en San Martín, cancha ubicada en las calles 58 y 145. De 1986 a 1996 tuvimos clásico con los dueños de casa, alternándonos la localía cada siete días.
Tuvimos que esperar a 1992 para ver a Brandsen en los primeros lugares de la tabla. Brandsen alcanzó a colocarse escolta de Estrella, aunque la posición duraría solo un par de fechas durante la primera rueda de un torneo largo (38 jornadas). Ese equipo lo dirigió Gustavo Arce, profesor de educación física, de perfil docente, con el antecedente de haber sido “discípulo” del Bocha Flores en una 4ª de Estudiantes. Adentro del campo ya teníamos al primer símbolo por su gran nivel y la continuidad de los años ininterrumpidos, Carlos Saulio (3), parte del grupo que ascendió en 1985.

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“¡Vamos Brandsen!” gritaba un grupo detrás de las alambradas y eran familias, muchos dirigentes con sus señoras esposas y los chicos que ya jugaban en juveniles. El presidente, imprentero de profesión, don Saenz, Alejandro Hugo “El Pata” Raimondo, Oscar “El Gordo” Martins Serrano, Luis Tarquino, Aparicio Rosas.

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El perfil bajo de Brandsen cambió en 1993, cuando se trajo a Antonio Rosl para la conducción del primer equipo. El “Gallego” había sido un caudillo en la defensa de Gimnasia, San Lorenzo y la Selección (titular en el amistoso que Argentina le ganó 3-2 a Alemania Occidental en el Estadio Olímpico de Múnich el 14 de febrero de 1973). Pero la leyenda no tuvo suerte en la Liga, padeciendo una racha de derrotas –todas por un gol- que lo llevó a renunciar en la séptima fecha.

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El 20 de mayo de 1994 se produjo un gran cambio dirigencial en la cúpula liguista con la llegada del doctor Daniel Costoya, quien exigirá seguridad y mejora de las canchas, volviéndose inflexible con las multas. Brandsen, que hacía malabares para financiar el fútbol, ya tenía en marcha el sueño de su propio predio, que se inauguró la soleada mañana del sábado 18 de mayo de 1995 (solo con cancha de infantiles pero anunciando que detrás, en el descampado, se venía el campo de once).


Seguimos como “inquilinos” en Villa Montoro en 1997 y 1998; y en Romerense en 1999, hasta que los esfuerzos de todos los socios se cristalizó en el primer partido oficial de locales, el 25 de mayo de 2000, sábado patriótico, ante los albicelestes de Sport Club de Magdalena. “Hasta la semana anterior los jugadores sacaban del predio carretillas llenas de piedras”, se recuerda. La calle capicúa, 161 (atraviesa a lo largo el predio) y 52 será la dirección en la que nos encontramos varias generaciones de allí en más. El primer partido trajo buenos augurios, al ganarle al último campeón 2 a 1, con el primer gol de la visita a través de Oscar “Cacho” Cantarutti, y la remontada a través del gol de Mauro Greco (al arquero Ciro Volante, que el año anterior había sido el “1” de Brandsen) y el tanto del triunfo de Repetti.


El entrenador era debutante absoluto en 1ª, Gustavo Solis, quien venía de la 3ª de Everton y llegó a nuestro club por recomendación de Raúl Di Cola, vecino de la barriada de Plaza Brandsen y entonces presidente de la subcomisión de fútbol (“a Solis lo conocí cuando fui a hacer un curso de técnico”).


El Clausura 2000 nos sedujo con la máxima emoción al que aspira un jugador. Estuvimos literalmente “a cinco minutos” de dar la vuelta olímpica. El último partido con Unidos Olmos fue triunfo 1 a 0, y con el suspenso de un penal que fallaron los rivales porque el remate de Lucas Lobos (futura figura de Gimnasia y el fútbol mexicano) lo devolvió el travesaño. Los nervios se transformaron en desazón cuando llegó la noticia del gol agónico de Deportes Sur de Florencio Varela, que pasó al primer puesto y se quedó con el título. Al torneo siguiente, Apertura 2001, volvimos a estar “ahí”, tercer puesto y ya con la cancha luciendo un hermoso quincho.

En noviembre de 2002 inicia un nuevo ciclo el Club, con renovación total de autoridades, que trajo nuevamente a Norberto Osvaldo Sánchez, ya con gran prestigio como empresario e industrial. Dispuesto a encarar otra revolución, “Coco” había entrado con el pie derecho en 1972 cuando se estrenó el natatorio. Esta vez, con el bonus emotivo de la ayuda de Germán Sánchez, uno de sus cinco hijos, quien ya había colaborado en la puesta a punto del Predio.


Llegó el 2007 con una criatura no esperada, ya que Brandsen asumió reemplazar a ADIP en la disputa del Torneo del Interior de AFA. Una gran preparación física y un papel aceptable nos entretuvo todo el verano. Y aquella base de jóvenes y algunos experimentados, como el arquero Diego Calandria y el capitán Pedro Verde, nos llevaron a una campaña fantástica en el Clausura 2007 con 9 victorias, 2 empates y 1 derrota (ante ADIP) que se tradujo en la coronación por primera vez en la historia. Al bronce fueron el nombre del DT Pablo Loyola, con un artillero como Patricio “Papu” Bustos, con siete goles.


El envión anímico fue aprovechado en el siguiente torneo donde nadie pudo bajar al campeón, que ahora logró el sueño en forma invicta, bajo la tutela de Carlos “Catanga” Muñoz. El Apertura 2008 fue la segunda estrellita, con solo 4 goles en contra.

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Si faltaba rubricar la expansión, vendrán más obras en el “Pancho Varallo”, eso pudo adelantarse con los recursos genuinos de la Comisión, que aprovechando la llegada de Juan Sebastián Verón en junio de 2012, en dos meses se construyeron tribunas, palcos, cabinas y paredones perimetrales. La Brujita recién se había retirado del fútbol profesional y entró a disfrutar con los chicos del “Coronel”, que para la ocasión trajo a los entrenadores Hernán Bonvicini y Christian Serrano. El sábado 1 de diciembre de 2012 fuimos campeones por tercera vez, clasificando al Argentino C del Consejo Federal de AFA. Nuestro nombre recorrió el mundo.

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Después, vinieron etapas en las que se fortaleció aún más la pertenencia de jugadores formados en infantiles o en juveniles. Al frente del primer equipo tuvimos a Daniel “El Peque” Ferrarelli, Emiliano Berardo (con él levantamos la Copa de Campeones en 2018), Pedro Verde, Matías Giugno y Damián Pasalagua, quien desde el pasado Apertura 2019 lleva adelante un proceso con excelentes resultados y ya obtuvo la Copa de Campeones 2022 en el estadio de Gimnasia y Esgrima La Plata. La historia de Brandsen continúa cada sábado, escribiéndose con el sudor de los que salen a jugar y a seguir desafiando sus sueños y fantasías.
 

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Michelota, Saulio y Portalesi, un trío a todo corazón. Jugábamos de locales en San Martín de Los Hornos

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La foto de la terna y los capitanes. Una tarde de 1993, Carlos Saulio (Brandsen), Claudio Guerra (Trabajadores) y el árbitro Daniel Da Silva con sus colaboradores.

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Fernando Sánchez, batallando ante Estrella. Detrás, trata de ayudar Poza

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La Bruja Verón está por salir a la cancha y las tribunas están colmadas. La fiesta de 2012, inolvidable título, el tercero en la A.

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El ídolo de Estudiantes viviendo el fútbol como un jugador más de la Liga

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Se viene la primera Copa de Campeones para el "Coronel" tras este festejo del 1 a 0 de Leonel Mansanta

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