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Karate Goju Ryu


Instructor: Leandro Abadie Pobes.


Adherido a la Federación Argentina de Karate.


Clases:

+ Martes y jueves, de 19 a 20 (menores) y de 20 a 21.30 (adultos).

+ Sábados a las 18.


Instagram: I Shin den Shin.

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“Somos Familia” es una clave que eligió Brandsen para identificarse y mostrarse en las redes sociales. Y el ejemplo empieza por casa, por la del mismísimo instructor de karate, que concurre con su mujer y su hijo.
El Dojo no es independiente, pertenece a la Asociación Argentina de Dojo, que a su vez está dentro del marco de la Federación Argentina de Karate (FAK).
Leandro Abadie Pobes, empleado, hoy radicado en Ensenada, está unido a AC BRandsen desde sus años como vecino. “Siempre lo quise, me interesaron sus intereses y conocía la historia de cómo los socios compraron las parcelas de tierra”, comenta.


¿Cómo empezó?
Allá lejos y en el tiempo un médico le dijo a los padres de Leandro Abadie Pobes sencillo y conciso: “Por el problema del asma llévenlo a hacer natación o karate”.

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Vivía a una cuadra de AC Brandsen y allí tenía las dos opciones. Eligió la última. Primero pasó por un gimnasio y de alumno a instructor no pasó mucho tiempo. “Hasta que el 17 de marzo de 1998 entré a este club que siempre quise y pedí hablar con el presidente. En ese momento era Carlos Saenz y recuerdo a una señora Irma que era la tesorera. Arranqué y llevo 24 años, ¡soy el de mayor antigüedad entre todos los que dictamos clases y enseñamos algún deporte en Brandsen”.

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Imágenes del inicio: “Los primeros alumnos en el Dojo de Brandsen fueron mi hermana Laura y Gustavo Gufier, hoy radicado en San Luis, con su familia. Pasaron muchos y se generó un vínculo afectivo, al punto de que venían a mi casa o yo a la de ellos. Al día de la fecha, Juan Bautista Martínez, que había empezado a los 11 años, sigue con nosotros a sus 27 años, recibido de ingeniero. También tuve al nieto de un fundador, Verdiglione”.

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Mensajes para la vida

“El karate no es un trabajo, al contrario, es un disfrute. Y a pesar de la pandemia hoy el Dojo sigue lleno”.

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“Más allá de la marcialidad, lo tomo como lo aprendí, un modo de comunicación con las personas”.

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“Tenía 25 años cuando falleció mi madre. Habíamos quedado solos y me dediqué a entrenar y a competir obteniendo los mayores logros, a fin de año en Trenque Lauquen y recibiendo el premio Diagonal de Plata –año 2000-, que entregaba la Asociación de Periodistas deportivos de La Plata, Berisso y Ensenada”.

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