La Liga de los Clubes es una revista que nació de los más puros sueños del
comunicador social
En diciembre de 2019, a nuestro querido DT del presente, Damián Pasalagua, le tocó la tapa con el título de “Senior Entrenador”.
Jugaba y dirigía al mismo tiempo en la misma Liga, pero en dos clubes distintos. Futbolista del Senior de ADIP y Director Técnico de Primera División de AC Brandsen. Lo más curioso es que en la última fecha de aquella temporada ’19 se cruzaban ADIP-Brandsen, y el local podía consagrarse bicampeón en Senior y en el choque de Primera el “Coronel” se jugaba para zafar de ir a jugar una Promoción.
“Es raro, primero y principal que dan los tiempos, porque ahora después del partido del Senior está la reserva. Entonces en ese trají
n llegó tranquilamente” confía.
La situación de Damián Pasalagua llama la atención por inusual e insólita: participar de dos instituciones en la misma competencia, el Senior
y la Primera. Pasen y lean la historia del hombre detrás de d
os camisetas..
-¿Cómo se dio esto de jugar en ADIP y dirigir en Brandsen?
-Dejé de jugar a fines del año pasado, ya me venían invitando amigos de ADIP para el Senior. Les había prometido que cuando dejará de jugar iba. Y así fue, de un día para otro dejé en Brandsen. Venía cansado, con la edad a cuesta y la exigencia de la Liga que es cada vez más. Me costaba recuperarme de un partido a otro, y arranqué en el Senior de ADIP. A la tercera o cuarta fecha me llama Pedro Verde que estaba dirigiendo acá - en Brandsen -, me pidió que lo ayude un día a la semana. Obvio, le dije sí, de paso aprendía de él. Cuestión que Pedro decidió no seguir, estaba desbordado por los tiempos y muchos fines de semana no podía dirigir - Verde estaba entonces a cargo de la 6ta División de Estudiantes de La Plata en AFA -. Hablaron con los dirigentes para proponerles que me quede.
-¿Te gusta más jugar o dirigir?
-Como técnico estoy chocho de la vida, es un desafío súper hermoso. Lo tomo con mucha
responsabilidad porque es el club que amo, donde estuve más de la mitad de vida. Más por la situación que estamos pasando con el promedio. Pero lo súper disfruto, tanto dirigir como de mantener el bichito de seguir jugando, dónde me saco las ganas de patear que es lo más lindo que hay. Mientras pueda quiero seguir jugando a la pelota.
ACB: ADIP CON BRANDSEN
“De chico arranque en ADIP. Pero mi camada era media vagoneta y fueron dejando, Ezequiel Valladares, Juancito Calza, Julito Gioia… los estoy matando. Eran unos fenómenos pero en una edad linda y complicada, a los 17 o 18 años fueron dejando todos. Cuando se van, sin mi gente en el club me sentía vacío. Y un compañero de la secundaria, Marcelo Basílico, me invitó a ir a Brandsen. El técnico era Gustavo Solís, que ya me conocía. Ahí me enganche enseguida y no frene nunca.
-¿Cuál es tu primer recuerdo de Brandsen?
-Me acuerdo de ir a correr a Plaza Malvinas en el asfalto… Hacíamos fútbol en el Parque San
Martín. El predio recién arrancaba, no había luces, vestuarios, nada... ¡Ahora lo que crecieron los clubes!, no solo Brandsen, los clubes de la Liga todos, algunos a pasos agigantados, pero lo que crecieron es abismal.
-ADIP y Brandsen son dos buenos ejemplos…
-Total. Te van pasando el sentido de pertenencia. Los dos tienen eso, y creo que no solo a mí, nos pasó a todos los que jugamos en la Liga, que te adopte un club te hace sentir mejor.
Cotidianamente tenés laburo, estudio, despelotes familiares, quilombos económicos, lo que sea. Caer en un club que hace lo que a vos te gusta te hace sentir bien, pasas buenos momentos, charlas, descargas. Todo eso es lo que te va ayudando a querer cada vez más al club, a involucrarte más.
-¿Cómo se transmite esa herencia hoy?
-Lo veo hoy y pienso como cambió todo, siempre digo que hay que adaptarse. Antes había mucho respeto, te costaba entrar en confianza. Me terminé haciendo amigo del grupo que estaba pero tuve que ir de a poquito. Hoy enseguida se relacionan más rápido los chicos con los grandes, antes quizás habían un poco más de distancia… no digo ni que esté bien ni mal, sí que es diferente.
-¿Qué te enamoró del club?
-No tengo tantos recuerdos de los títulos o de los años, te marcan las amistades, los grupos, las juntadas, las charlas, el ayudarse, el ayudar. Eso es el club, son momento que compartís. En Brandsen el primer campeonato me marcó mucho, veníamos de buenas campañas pero nos tocó convivir con Estrella y Deportes Sur que no aflojaban. Fue un desahogo para nosotros, por la gente que nos acompañaba.
-Ese fue el primero título del Coronel…
-Cuando llegué venía de salir segundo, no sé cuántos puntos había sacado porque si no se iba a la B. Brandsen siempre la peleó de abajo, era un equipo de mitad de tabla para abajo. Y de a poco se fue revirtiendo, me encontré un grupo muy protagonista. Esa última fecha del Clausura 2007 contra Curuzú Cuatiá que ganamos 2 a 1 fue muy especial.
EL FÚTBOL Y YO
"De chiquito ya pateaba, a los cinco o seis años me llevan a Estudiantes y a los catorce o quince quedo libre. No quería saber más nada, me parecía muy exigente ir a entrenar todos los días, lo sentí como un desahogo, sinceramente fue relajante cuando me dijeron que no jugaba más".
-¿Te quedó una espina con ser jugador?
-No, siempre me manejé con lo que siento. Mi viejo – Oscar – siempre me acompañó, nunca me hinchó, tal vez faltó ese empujoncito. De más grande tuve la posibilidad de ir Quilmes, estaba en quinto año y era ir en tren todos los días. Fui dos o tres meses y dejé, nunca fui muy constante.
Hay que sacarse sombrero con el que llega a Primera, porque algo tiene. Esfuerzo, dedicación, ganas y eso hay que valorarlo.
-El viejo te acompañó de jugador, ¿y ahora?
-Es muy futbolero pero nunca me exigió, me manejé muy libremente, eso me ha jugado a favor para otras cosas y quizás no para el fútbol. Le gusta ir a ver fútbol, sabe todos los jugadores, los equipos de la Liga. Ahora ya abandonó un poco. Pero la otra vez me sorprendió, salgo de la cancha y estaba…
-¿Te marcó algo de los cambios?
-Sabes que sí. Iba a verme y me marcaba cosas, lo que me faltaba, era muy exigente hablando de
fútbol. Y en el primer partido que dirigí, me fue a ver contra CRISFA. Salgo y estaba, lo primero que
me dice ¨parece que te equivocaste con los cambios¨. Seguro tenía razón…
LA METAMORFOSIS
Cada sábado es una nueva transformación. Primero jugar y después dirigir, siempre el fútbol. Damián atraviesa los barrios platenses en busca de su destino en las canchas liguistas. En la última fecha del campeonato podrá afrontar en el mismo lugar su metamorfosis, cuando ADIP y Brandsen se enfrenten con una particularidad: uno puede ser campeón y el otro perder la categoría. Y en ambos con Pasalagua como protagonista, ¿Cómo? Claro, ADIP puede consagrarse bicampeón en Senior (ganó el Apertura) y Brandsen puede sellar su suerte o jugar la promoción.
-¿Te cuesta hacer el cambio de jugar a dirigir?
-Es que juego y dirijo, me ayuda mucho que juego con amigos y dirijo al club que conozco, tengo mucha relación y confianza en ambos planteles. No siento un cambio, lo tomé como un lindo desafío que lo disfruto.
Pese a la situación, decís que disfrutas el momento…
Disfruto mucho, me emociono cuando los veo entrenar. Disfruto cuando sale lo poco que uno planifica. Disfruto mucho cuando perdemos y no hay reproches en el equipo. Disfruto cuando perdemos y les duele. Más allá de los puntos y el promedio, disfruto esas cosas.
-¿Qué club encontraste cuando llegaste y qué club es ahora?
-Siempre gente de buena madera y una estructura que fue creciendo. A veces miro y disfruto mucho el predio porque antes no estaba. La sede también, creció un montón que no es fácil.
-¿Qué cambió del Damián que llegó a jugar al que hoy dirige la primera?
-Ahí sí que cambió mucho más… los valores, le das importancia a todo. Antes me importaba venir, jugar a la pelotita e irme, nada más. Venir a Brandsen era pasarla bien con mis amigos, jugar el sábado y tratar de ganar. Ahora uno está más en los detalles, querés que el club siga creciendo, querés atraer gente para que se sigan sumando socios, querés ayudar a pintar, querés involucrarte más. Siempre digo que uno hace mucho por el club, pero los clubes hacen mucho por las personas y eso te lo da el tiempo. Los clubes son fundamentales para el desarrollo y el crecimiento de uno como persona, no tengo duda de eso. Hoy me preocupo de que no se vaya un nenito de infantiles por no poder pagar la cuota.
-¿Cómo te imaginas en el futuro?
-Con respecto al club involucrado en algo, lo dije cuando dejé de jugar aunque nadie se enteró… ni avisé que dejaba. Pero dije que iba a estar en la parrilla, en la cancha, dónde sea pero involucrado. Dónde me necesiten voy a estar. Porque los clubes no laburan solos.
PRIMER PARTIDO
"Jugamos contra Fuerte Barragán, ganamos 4 a 2 de local. Me acuerdo que ese equipo tenía grandes nombres, Luis Martín, Diego Tarquini, Lucas Langone, era un equipazo. En Brandsen estaba Hueso Sanz, Pedro Verde, Seba Dopazo, teníamos buen equipo también".
COMIENZO GOLEADOR
“En los primeros torneos fui goleador del equipo, siendo volante tenía mucho gol. Siempre
robando los de penal, los de tiro libre…”.
SENTIRSE EXTRANJERO
"Me invitaron a jugar un Argentino B en Crespo, un pueblito de Paraná, Entre Ríos. Cuando llegué me enteré que era donde nació Heinze. Fue mi último intento de engancharme con el fútbol. Estábamos en una pensión, te pagaban, pero un día me levanté y me vine. Creo que todavía no avisé…”.
DICEN DE DAMIÁN
“No festeja los goles, y mirá que en el Senior hizo de tiro libre, de jugada, de mitad de cancha, de penal… Pero no los festeja, siempre se mantiene con perfil bajo” (Micael Gallota, compañero del Senior en ADIP).
“El Pulpo, como le decíamos nosotros, dentro y fuera de la cancha siempre puso por delante de todo los valores del club. Para Damián solo tengo palabras de grandeza”. (Pedro Verde, ex compañero en ACB).
FICHA PERSONAL
18 / 08 / 1979
Dora Gianella (madre)
Oscar Pasalagua (padre)
Leandro y Germán (hermanos), los dos con sus bandas de rock.
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