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Orgullosos del subcampeonato


Germán Sánchez, el histórico dirigente del fútbol en Brandsen, junto al Dr. Darío Allende Cerdá (Interventor de la Liga), y Agustín Molinuevo, presidente de ADIP.

Cracks. Esto son ustedes, jugadores, cuando los vencidos en realidad vencen. Porque sencillamente se van con la frente en alto, acariciados porque el aliento pese al resultado adverso.


Cracks el grupito de dirigentes y los simpatizantes que no pierden el equilibrio cuando no entienden por qué, de la nada, de 1-2 en el entretiempo, terminan 1-5.


Cracks los entrenadores con la prédica del “vamos muchachos, a las duchas y a reencontrarse con la familia, disfrutemos de aquellos a los que le sacamos tanto tiempo”, se puede oír la voz del Director Técnico, Damián Pasalagua. “Ganemos o perdamos las familias no tienen que bancarse los humores de un resultado”, supo decir muchas veces Santiago Coraggio, el asistente técnico.


La lección está aprendida. Ni una final por tanta diferencia es capaz de matar el alma del “Coronel”.


Se terminó, el sábado 6 de agosto de 2022 ha pasado, aunque para la familia de ADIP quedará grabado en el corazón y en el metal del trofeo. En la tribuna roja de Cambaceres, que brillaba en tonalidades anaranjadas, se cuelgan del alambrado y cuando bajan, algunos se encuentran ante la sorpresa de una mano que espera, estrechada en el reconocimiento de la superioridad. El “Coronel” felicita, y la bullanguera, la de ellos, también retribuye el gesto con aplausos.


Eso hizo que el título de subcampeones con orgullo le quede a los jugadores de la Asociación Coronel Brandsen. “Saludamos y nos fuimos, la vida es así”, reconoció Coraggio en la intimidad de su casa, el día después con la madurez de quien jugó, sufrió y gozó la Liga, desde el primer título en 2007, el siguiente en 2008 y el último en 2012 (todos como jugador), y dos Copas que ganó entrometido como dirigente en 2018 y en cuerpo técnico este mismo año 2022.


El WathsApp está inundado de opiniones sobre el desempate; hablan aquellos que lo vieron por internet, como el hincha Raúl Di Cola, que en el camino hacia la provincia de Salta encontraba señal y asomaba la ñata a la pantalla del celular. “Es un partido de fútbol”, dijo antes de apagarlo, cuando entró el tercero. Llevó largos años con este escudo de ACB como un padre de tantos pibes.


En otro punto de la Argentina, iba por ruta destino a Mendoza, el plantel de Reserva de Gimnasia, el doctor Fernando Sánchez, ex jugador de Brandsen, que recordaba la final Liguista y tiraba alguna apuesta con el kinesiólogo Tomás Corsiglia, ex ADIP, a quien cruzó hace poco en un partido de Seniors.


Este ADIP que sumó 11 triunfos consecutivos este torneo, tropezando en el tramo final donde Brandsen se vino con la fusta bajo el brazo, como en las carreras, pero que para cruzar el disco debía intentarlo sin la sangre de Augusto Bidondo, Justo Griguoli (los dos sancionados) y Lucas Terminiello (lesionado).


Brandsen se fue al descanso abajo, con la camiseta negra y rosa sudada, pero cuando entró el tercero de ADIP pareció desmoronarse, ante un rival que estaba con las estrellas alineadas, y que seguirá atacando hasta conquistar el cuarto y el quinto, esos dos últimos goles que no reflejaron la realidad.


“Una mala tarde la tiene cualquiera”, dijo Gerardo Coraggio, otro fiel a Brandsen, vicepresidente durante la gesta del bicampeonato 2007-2008, con el regocijo de “que la gente de ADIP aplaudió a nuestros jugadores, así es la fiesta del fútbol”.


En Madrid, a punto de volver a nuestra ciudad, Coco Sánchez (presidente del club con 85 carnavales, lanzó su orgullo por un llamado que nos recuerda que “en esos tiempos donde todo parece hasta antinatural por tanto materialismo, acá tenemos un equipo que da el ejemplo con amateurismo puro, como tantos equipos que nos representan con honor y éxitos; de ninguna manera un resultado me cambia el amor por este club y el orgullo que siento lo que dieron estos chicos”.


“Ajustamos debilidades y potenciamos virtudes”, resaltó el capitán del equipo de Villa Castells, con base de los que han hecho historia en 2016 disputando una final del Federal “C”, jugando ayer con varios de ellos, Croce, Casas, Catalano, y con un nuevo técnico Cataldo, campeón en la 1ª “C” de AFA como jugador en esta cancha (con Cambaceres 1998/99).


En momentos que la Liga tiene disputas de todo tipo, en días donde el que pierde está crucificado por el olvido, este Brandsen nos remontó a las personalidades caballerescas que en el deporte eran condición natural del siglo pasado, en cada Universidad donde jugar a la pelota era parte de la formación humanizada, de la buena conducta, y cuando el éxito debía ir acompañado por el honor, si no, no era éxito. De eso podemos hablar viendo a Diego “El Oggi” Muñoz, roto en una rodilla e ingresando los últimos minutos; Juan “El Bocha” Zamorano, que había dejado de jugar y retomó para suplir bajas de última hora; o ese par de pibes como Gonzalo Folone y Leonel Mansanta, mezcla de técnica y de fuerza, surgidos de las divisiones juveniles; de los otros, que vinieron de otros barrios, como Carlos Salgado y Carlos Sánchez.


Hace tres años y seis una dupla apuntala con orden y estimula a dar el mejor esfuerzo, producto de lo que ellos aprendieron de otros filósofos de religiosa vida ligada al potrero. “Eternamente agradecidos”, le decían mientras el bolso ya estaba listo y salían del bajo platea donde están los vestuarios. Son los que en 2019 tomaron la Primera con un promedio que daba a Brandsen casi descendido, que hubiese sucedido por primera vez. Gota a gota con sudor, paso a paso con la mejoría del juego, aquellos chicos que se incorporaban al equipo superior ya son titulares y figuras de la Liga Platense. Los mismos que salieron de abajo, fueron semifinalistas del Clausura ’21, ganadores de la Copa de Campeones ‘22, y cinco meses después alcanzaron el primer puesto del Apertura ’22, con el desempate que ayer los dejó escoltas.


“Hubiese sido histórico conseguir dos títulos en seis meses. Pero la satisfacción está en el dar el cien por ciento, no entendemos de otra manera vivir el fútbol y la vida misma. Es como cuando cursás y después de estudiar mil horas no aprobaste, pero en este caso el resultado no nos quita ni cambia el sentimiento”, reflexiona Santiago Coraggio, aquel pibe que picaba por la punta y fue uno de los pibes que en el 2007 dio la vuelta olímpica, la primera, la que marcó un camino.


Subcampeones con orgullo, el mensaje compartido de 30 jugadores que juegan gratis. Esos que cuando las piernas o circunstancias les saquen la camiseta, volverán a aparecer, una y otra vez, por el predio Varallo o la Sede de 60, prendiendo el fuego, vendiendo una rifa, o marcando la cancha.


“Lo importante no es ser el mejor de todos, sino el mejor que uno puede ser”, decía un sabio y laburador, Carlos Timoteo Griguol. Por algo, cuando ya no está, se lo sigue valorando cada vez más, donde ganó y donde perdió títulos.


Acá está, ya llegó el "Coronel", por el túnel del viejo estadio de Cambaceres, sede de la final


Gerónimo Croce, el capitán de ADIP, figura clave



Santiago Coraggio, el asistente de Pasalagua



En un partido del torneo Seniors, Tomy Corsiglia (ADIP) y Fernando Sánchez (Brandsen), médicos del staff de Gimnasia



El abrazo, señal del respeto que reinó en el desempate



Por Gabriel “Colo” López

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